Atrapé a mi hermanastra robándome la ropa, y cuando me quitó las bragas, tuve que enfrentarme a ella. Fui a su habitación y le pregunté por qué hace esto, y ella trató de negarlo. Le mostré que toda mi ropa está marcada, y empezó a rogarme que no se lo dijera a nadie. Viendo que se sentía apenada, decidí perdonarla mientras no me vuelva a robar nada. Nos abrazamos, y fue entonces cuando las cosas tomaron un giro emocionante. Empezamos a besarnos, y terminé teniendo sexo lésbico con mi hermanastra.