Los dos hombres evangelistas meten a la mujer dentro de la casa y en vez de compartir la palabra del Señor, le follan la garganta con sus grandes pollas negras. Ella no lo esperaba y no tiene reacción, dejando que los dos hombres empujen sus grandes pollas negras hasta el fondo de su garganta. Ella pajea las dos pollas con las manos y luego cabalga las pollas mientras la tiene metida en el culo y chupa la polla del compañero. Los cachondos evangelistas le follan todos sus agujeros hasta eyacular ambos en la boca de la bien follada mujer.
Que negros más afortunados