Las chicas entren con linternas en un edificio abandonado y luego de pasar un poco de miedo se tranquilizan, poniéndose cachondas y besándose con pasión. Las chicas se lamen y chupan las tetas, mordiendo los duros pezones para después turnarse para comerse los coños, gritando de placer mientras los gemidos rebotan en las vacías habitaciones en un erótico eco.