Cuando Ana, una chica francesa, se quedó sin dinero, hizo lo que haría cualquier persona normal. Se metió con la gente equivocada y terminó siendo atrapada en el acto. Como no quería ir a la cárcel, ofreció sus servicios a un gángster local.
Hizo una gran mamada y se dejó follar la garganta, e incluso recibió una enorme carga de semen en su bonita cara.