Gia DiMarco despierta a su esclavo que vive dentro de la jaula de metal y le recuerda quien es la que manda con fuertes bofetadas en el rostro. Le folla la garganta con los dedos y frota el culo en el rostro del hombre. Luego le golpea la polla encerrada en un cepo con una varilla para después sentarse sobre el rostro del hombre que le come el coño mientras ella lo agarra del pelo