El padrastro lleva a la hijastra a un día de campo. Lo pasan muy bien, tan bien que no pueden evitar besarse, poniéndose muy románticos, dándose de comer en la boca y seduciéndose constantemente. Vuelven a la casa donde el hombre domina a la adolescente, manoseándola mientras la agarra del cuello y follándole la boca, para luego follarle duro el coño, convirtiéndola en su putita