La madrastra despierta al hijastro, pero el chico no se puede levantar porque tiene una erección. Para solucionarlo el chico le pide una mamada a la madrastra, que luego de pensarlo unos segundos, se mete la polla en la boca y le hace una estupenda mamada, pajeando la polla y cubriéndola con saliva hasta que el chico eyacula. Más tarde la mujer le hace otra mamada hasta que el chico le pide por una tercera vez. Ella se niega, pero el chico la convence, follándola intensamente mientras ella gime de placer y disfruta la polla del hijastro que le taladra el coño sin compasión hasta eyacular dentro del coño de ella