Al hombre siempre lo puso cachondo las grandes tetas de la mujer, y de a poco fue acercandose a ella. Mientras ella hace los quehaceres de la casa, el hombre le hablaba o le ofrecía un vaso de jugo. Ya en confianza el hombre le pide verle las tetas y cuando ella se las muestra no puede evitar masturbarse delante de ella. Ella se pone cachonda y se siente muy halagada y al fin el puede disfrutar de una buena mamada y de follarle el coño bien duro