La hijastra y la madrastra intercambian mágicamente de cuerpos como en las tontas películas de Hollywood. Al haber cambiado de cuerpos, no es tan malo finalmente poder comerse los coños, al fin y al cabo, son sus propios coños. las dos se besan apasionadamente y se comen los coños dándose mucho placer, follándose también el coño con los dedos mientras gimen de placer. En varias posiciones y lugares de la sala ellas lamen y chupan el coño de la otra e incluso lamen los culos descubriendo nuevos placeres para luego frotar los coños entre ellas