Una joven rubia tiene sexo apasionado con su madrastra, la única que ha estado ahí para ella. La chica está molesta porque después de decirle a su familia que es gay, su padre no perdió la oportunidad de recordarle que los homosexuales arden en el infierno. Se sentía aislada de la familia por su orientación sexual. La única que la ayudó fue su madrastra Silvia. Silvia le confiesa a su hija que toda su vida se cuestionó su sexualidad pero tenía miedo de ir contra la norma. Ahora le toca a la hijastra estar ahí para su madre y mostrarle los placeres del
sexo lésbico.