Una de las monjas tiene claros signos de estar poseída. El cura y las otras monjas se reúnen en la habitación para practicarle un exorcismo. Mientras las monjas la sostienen el cura mete la sagrada polla en la boca de la monja poseída, follándole la garganta para expulsar al diablo. Las monjas ayudan besándola con amor en la boca para que la luz despeje las tinieblas. Entre las monjas y el cura le llenan los agujeros a la monja expulsando victoriosamente al diablo del cuerpo de la pobre monja.